Ubicada en las montañas de Nandayure, cerca del tranquilo pueblo de Los Ángeles, esta finca de 5.4 hectáreas (13 acres) ofrece naturaleza, paz y un encanto histórico único.
La propiedad cuenta con alrededor de 300 árboles de naranja, que brindan una excelente cosecha y oportunidad de ingresos agrícolas. En uno de sus límites corre una hermosa quebrada, ideal para nadar, observar aves y disfrutar del entorno natural.
En el centro de la finca se encuentra una casa antigua de madera, llena de historia y autenticidad. Posee 1 dormitorio, 1 baño, sala de estar y una cocina con estufa de leña, decorada con artefactos típicos antiguos, que le dan un aire de museo rural.
Dispone de agua y electricidad pública, además de su propio manantial con agua durante todo el año.
A tan solo 10 minutos del pueblo y menos de una hora de las playas de San Miguel y Coyote, es el refugio ideal para quienes buscan tranquilidad, clima fresco y contacto con la naturaleza en la Península de Nicoya.